Algunas hipótesis o 40 minutos menos...

1- Los profesores de filosofía gozamos del tiempo libre pues qué otra cosa podemos hacer... De hecho, deberíamos hacer primero un rastrillaje de todas las horas que forman parte de espacios curriculares directamente dictados por profesores de filosofía. El resultado es previsible. Sin Formación ética y ciudadana, los espacios restantes son agujeros negros. En efecto, son muy pocas las horas reservadas a la enseñanza de materias filosóficas y las mismas están perfectamente ocupadas por docentes titulares o de una antigüedad superior a los 5 años. Por lo tanto, considero pertinente realizar una asamblea con los alumnos del profesorado de filosofía y mostrarles a ellos lo que el mercado laboral les ofrece... es decir, lo que la DGE y las escuelas privadas les ofrecen. No es descabellado pensar que, si el resultado de la investigación confirma nuestras hipótesis, lo más lógico, inteligente y certero que debe hacer la Facultad de Filosofía y Letras es dar de baja a la carrera de Profesorado en filosofía, sea del grado que sea y para el nivel que sea. Pues está creando profesores que no requiere la sociedad y por lo tanto no les sirven a nadie. No pueden servir a nadie. ¿A quién sino a la sociedad sirven su servicio los profesores de filosofía? ¿Acaso lo hacen en la Facultad de Filosofía? ¿Qué espacio hay en la Facultad de Filosofía para sus egresados: uno, dos, cuatro, seis, diez? ¿Para qué egresados? Digo, para qué perfil de egresado: el perfil del burro enorme y hermoso del cual Friedrich nos advierte su llegada... ¿Pondrán el grito en el cielo los homúnculos? ¿Participarán con ánimo participativo en el debate que la educación requiere? Nunca asumirán sus pactos de silencio, mientras continúan enseñando que el espíritu esto, que el espíritu esto otro... La carrera de profesorado en filosofía según las actuales circunstancias debe darse de baja por no ser socialmente necesaria. Nada digo de la licenciatura. Así que quedate tranquilo Martín...

2- ¿Es este el primer golpe? Primero se la dieron a los de tecnología y a los de formación ética y ciudadana, pero a mí no me importó porque yo era de lengua/matemática/historia. Enseguida se la dieron a los de ciencias de la educación, pero a mí tampoco me importó porque yo tampoco era de eso. Después seguirán con los de comunicación social/gimnasia/educación artística, pero no me importará porque yo no hablo, no corro ni dibujo. Cuando me la den a mí ya será tarde...

3- Idea falsa: una hora más en lengua, en matemática y en historia hará que nuestros adolescentes que van a la escuela sepan más y mejor. Digo los que van porque de un estudio reciente de la UNCuyo se desprende que el 50 % de los chicos de 15 a 24 años de nuestra vendimiadora provincia no asiste a ningún establecimiento educativo (Los Andes, 23 set 2004). La provincia de los duendes del vino..., ¡de los duendes del vino!, duendes que sudan al rayo del sol cargando el tacho de uva que el propietario pagará a $ 1. ¿Es que acaso han entendido esos chicos que la mayor cantidad de cosas que saben las aprendieron en otro lado y no en la escuela? ¿Es que acaso saben mejor que nosotros que la escuela monopoliza la educación y encima ahora la primariza aún más? También es cierto que la calidad educativa no es igual entre las escuelas privadas y las públicas. (La Nación, 2 may 2004) ¿Cuántos son los egresados del nivel medio que continúan sus estudios en una universidad? ¿Cuántos son los que buscan trabajo apenas terminan el polimodal? ¿Cuántos los que lo buscan antes de terminar el polimodal? Y nuestros alumnos finalizan la escolaridad media sin saber nada de la ley de contrato laboral por medio de la cual los explotan. Ni tampoco del salario mínimo vital y móvil que para el 01 de agosto de 2006 es de $ 760, esto es, menos de la canasta básica mensual. Dicho de otro modo: el salario mínimo vital y móvil, que se acuerda entre el gobierno de la nación, los empresarios y los gordos sindicalistas, es un salario que garantiza plenamente la pobreza de nuestros jóvenes trabajadores. Jóvenes y no tan... jóvenes. Nuestros egresados o nuestros desertores se van para siempre del sistema educativo sin llegar ser capaces de criticar la realidad socio-histórica en la que viven. Sin plantearse, por ejemplo un ejemplo entre miles de ejemplos, el problema de la desocupación como fundamento del trabajo en negro. Y una hora más de lengua, de matemática y de historia mejorará la calidad educativa. Una hora más si cambios curriculares. Una hora de 40 minutos.

4- Todo parece una burla, una broma grosera de Emma Cunietti, Julio Cobos y su hermana, Alicia. Y no me tengo que olvidar del mudo de Filmus. Es poco serio gobernar así: haciendo cambios repentinos y autoritarios en la institución más sensible del Estado; dando de baja a profesores sin su debida notificación, pues quieren que sigan yendo hasta que las reubicaciones se efectivicen; manipulando espacios que, sí tienen que ver, pero jamás unidos formando un híbrido: ¿es historia?, ¿es ética?, ¿es historia de la ética?, ¿es la ética de la historia?; haciéndonos creer que una o dos horas más de lengua/matemática/historia mejorará la calidad de un sistema educativo diseñado para agudizar las desigualdades y profundizar la brecha entre los que más saben y los que menos saben, medido en años de formación; modificando resoluciones por medio de otras resoluciones para que las reubicaciones puedan ser realizadas sin conflictos: imaginen qué problema, qué problema –diría Gasalla– cuando profesores titulares cuyos espacios desaparecen del mapa educativo provincial no puedan ser reubicados en otro espacio, aún no cubierto por las aguas hediondas de la DGE, por carecer de competencias.

5- La perversión del sistema. Hay una idea perversa en el sistema educativo actual y consiste en suponer que los alumnos y los padres de estos hacen lo que deben hacer para que el sistema educativo funcione con normalidad... El problema está en los profesores. Si los alumnos no aprueban, la culpa es del profesor porque no sabe enseñar. Si los alumnos abandonan la escuela es porque el profesor no supo motivarlos. Pareciera ser que la escuela es una empresa donde el cliente siempre tiene la razón... donde los alumnos y sus padres siempre tienen la razón. Pero deseo que se entienda bien. La idea perversa lo es no porque se culpe de todo a los profesores sino porque se les anula a los alumnos y padres la responsabilidad que tienen en el correcto funcionamiento del sistema escolar. Ese es el punto. Damos entonces por descontado que el alumno estudia y se esfuerza. Damos por descontado que los padres estimulan, apoyan a sus hijos en su formación, se preocupan por ellos, les preguntan, colaboran... Pero el chico no me aprueba, ¿has escuchado esto alguna vez?

6- ¿Serán los celadores los que apaguen la luz? ¿Y los preceptores tocarán el timbre de salida? ¿Habrán alumnos que aprendan/enseñen? ¿Habrán profesores que enseñen/aprendan? ¡Qué lindo sería estar allí para verlo...!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por medio de un mail que me envió Osvaldo Gallardo, sobre la charla de Hinkelammert en Mza, tuve acceso a tu blog. Leí "Algunas hipótesis o 40 minutos menos..." y me pareció interesante tu opinión sobre la reforma de los planes de estudio, en especial en Filosofía y Letras.
Yo estoy en esta facu, cursando el segundo año del profesorado de historia y además participo de la redacción de "La Filosa", revista lanzada este año, desde la Secretaría de Prensa y Difusión. En el segundo número de la revista, vamos a publicar una nota sobre la reforma de los planes de estudio en cada una de las carreras.
En base a ello, mi propuesta concreta (si te interesa), sería que envíes tu opinión o cualquier tipo de información con respecto al tema, a fin de "contribuir con la causa". El mail de la revista es:
lafilosa@yahoo.com.ar
O bien podés escribir a mi mail:
bosicovich_87@hotmail.com
Yanina Bosicovich

Flavio Hernán Teruel dijo...

Yanina,

Gracias por escribir. En breve me pongo en contacto con vos. En filosofía estamos trabajando para evitar la reforma del plan que propuso el instituto sin cumplir con las normas exigidas y, además, proponer uno alternativo. De esto te escribiría. No sé cuando cierra la revista.

Un beso,

Flavio