La muerte sorprende siempre. Allí, delante, el cuerpo del amigo muerto; del amado muerto; del profe muerto. Cada vez la muerte sorprende por primera vez... Pero nunca dejará de hacerlo. En el recuerdo de quién sabe quién están callendo todavía los 30 mil compañeros desaparecidos, Teresa Rodríguez, Aníbal Verón, Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, Sebatián Bordón, Walter Bulacio, las 30 víctimas en Plaza de Mayo durante la rebelión popular del 19 y 20 de Diciembre de 2001, las víctimas en el caso Budge, las víctimas en la masacre del Puente de Corrientes, las víctimas en la masacre de Jujuy, cada uno de los pibes que cada 55 horas en nuestro país son asesinados por el gatillo fácil o la tortura en cárceles y comisarías, los más de 2100 pibes asesinados desde el retorno a la democracia, los 635 muertos en los últimos 42 meses por las fuezas de seguridad, Jorge Julio López, Johnatan Oros -los mendocinos que leen este blog, ¿lo recuerdan? ¿saben cómo murió?- y Carlos Fuentealba, con una "y" que tiembla ya al caer... A propósito, ¿se hizo alguna marcha multitudinaria para reclamar por la muerte de Johnatan? Yo no la recuerdo; ¿la pasaron por la tele? Yo no la vi... 122 mil ñatos marchamos por todo el país en signo de protesta porque la muerte nos haya vuelto a sorprender (Clarín, 10 abr 2007); maldita muerte, muerte de mierda. Y del pibe que la policía de Mendoza mató por robar de un camión carbón en el invierno pasado, ¿se sabe algo? ¡Qué raras son estas muertes! ¡Cómo nos diferencia la muerte! Según la CORREPI, Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional, desde 1983, el más radical de todos los años, día por medio una persona pierde la vida producto de la represión estatal (Página/12, 9 abr 2007).
122 mil ñatos. Esta mañana, en la escuela Amieva de Tunuyán, donde doy clases, Daniel, a quien ya considero un amigo, me explicó una categoría de Durkheim para dar cuenta de fenómenos como del que estamos balbuceando algo. Se trata de la categoría de "solidaridad mecánica"; en efecto, cuando en una sociedad se ataca algunos de sus símbolos sacros o sus valores consagrados, la respuesta de apoyo, compañía, solidaridad es mecánica. De allí entonces que hayamos podido ver a la gente de SADOP, bien vestida y perfumada, mezclada con los de la COR, PCR o con los extemporáneos y anacrónicos muchachos del PRT.
Hoy somos todos Carlos Fuentealba. ¿Hoy somos todos Carlos Fuentealba? ¿Somos todos Jorge Julio López? ¿Por qué no somos todos Johnatan Oros? Yo no soy ni Carlos ni López ni Johnatan. Ni yo lo soy ni lo es ninguno. ¿En signo de qué se confunde la muerte de un sujeto con la vida de otro? El luto no se parece en nada a la muerte. Sólo me parecería a Carlos, a López o a Johnatan si dejara que nos sigan metiendo el dedo en el orto.
Cada vez más mendigar el pan se parece a la muerte. El art. 14 de la Constitución Nacional -¿se acuerdan que existe un librito cuasibíblico que se llama así?- dice que todos podemos peticionar a las autoridades, es decir, reclamar, manifestarnos, protestar por aquello que consideramos injusto. Bueno, pues, los docentes neuquinos consideran que su salarioes injusto. Y peticionan. Y se manifiestan. Y protestan. Y reclaman. "Queremos un sueldo digno", dicen; un sueldo acorde a la canasta básica familiar que ronda los 2800 pesos (Página/12, 5 abr 2007). Y eso es todo. Por eso querían cortar la ruta 22 y 237 que son las vías de acceso a Bariloche, durante este último fin de semana largo. Pero como toda obstrucción a la libre circulación de bienes y personas es sistemáticamente destruída por el neoliberalismo, su representante vernáluco, Jorge Sobisch mandó a reprimir (Página/12, 6 abr 2007). Y Darío Poblete mató a Carlos Fuentealba disparándole una granada de gas lacrimógeno. La represión es siempre violenta. No existe la represión pacífica. Quiero decir que la muerte ronda en toda represión. Quiero decir que el gobernador de Neuquén, quizás el otro muerto de esta represión, el ex-candidato ya a presidente de la Nación -al menos eso creería-, sabía que la muerte rondaría en las balas de goma y en los cartuchos de gas lacrimógeno durante la represión. ¿Puedo ser tan fabulador?
Las manos que juegan a las escondidas. Jean-Paul Sartre, en El existencialismo es un humanismo, escribió que se está condenado a ser libre y que frente a esta ineludible situación quedan dos alternativas: o bien asumir la libertad o bien negarla. Con buen tino se puede fácilmente deducir que sólo la primera posee valor moral. Como ejemplo basta un botón: "Es muy posible que haya sido un error policial. El efectivo que disparó la granada de gas lacrimógeno pudo haber hecho algo que no está permitido para la policía: pudo haber tropezado, lo pueden haber empujado o puede haber recibido un proyectil", ha dicho el subsecretario de Seguridad de Neuquén, Raúl Pascuarelli (Página/12, 6 abr 2007). O dos: Pascuarelli, argumentó también que la policía reprimió en cumplimiento del derecho, ya que “según la ley 2081 de Policía no hace falta una orden judicial cuando se prevé algún tipo de delito que perturbe el orden público”. Pascuarelli añadió que la violencia contra los docentes obedeció a que “se negaron a correr el lugar del corte de ruta para que los turistas puedan tomar caminos alternativos”. La policía, sostuvo, “primero quiso dialogar pero ante la negativa actuó en el marco de la ley” (Página/12, 5 abr 2007).
122 mil ñatos. Esta mañana, en la escuela Amieva de Tunuyán, donde doy clases, Daniel, a quien ya considero un amigo, me explicó una categoría de Durkheim para dar cuenta de fenómenos como del que estamos balbuceando algo. Se trata de la categoría de "solidaridad mecánica"; en efecto, cuando en una sociedad se ataca algunos de sus símbolos sacros o sus valores consagrados, la respuesta de apoyo, compañía, solidaridad es mecánica. De allí entonces que hayamos podido ver a la gente de SADOP, bien vestida y perfumada, mezclada con los de la COR, PCR o con los extemporáneos y anacrónicos muchachos del PRT.
Hoy somos todos Carlos Fuentealba. ¿Hoy somos todos Carlos Fuentealba? ¿Somos todos Jorge Julio López? ¿Por qué no somos todos Johnatan Oros? Yo no soy ni Carlos ni López ni Johnatan. Ni yo lo soy ni lo es ninguno. ¿En signo de qué se confunde la muerte de un sujeto con la vida de otro? El luto no se parece en nada a la muerte. Sólo me parecería a Carlos, a López o a Johnatan si dejara que nos sigan metiendo el dedo en el orto.
Cada vez más mendigar el pan se parece a la muerte. El art. 14 de la Constitución Nacional -¿se acuerdan que existe un librito cuasibíblico que se llama así?- dice que todos podemos peticionar a las autoridades, es decir, reclamar, manifestarnos, protestar por aquello que consideramos injusto. Bueno, pues, los docentes neuquinos consideran que su salarioes injusto. Y peticionan. Y se manifiestan. Y protestan. Y reclaman. "Queremos un sueldo digno", dicen; un sueldo acorde a la canasta básica familiar que ronda los 2800 pesos (Página/12, 5 abr 2007). Y eso es todo. Por eso querían cortar la ruta 22 y 237 que son las vías de acceso a Bariloche, durante este último fin de semana largo. Pero como toda obstrucción a la libre circulación de bienes y personas es sistemáticamente destruída por el neoliberalismo, su representante vernáluco, Jorge Sobisch mandó a reprimir (Página/12, 6 abr 2007). Y Darío Poblete mató a Carlos Fuentealba disparándole una granada de gas lacrimógeno. La represión es siempre violenta. No existe la represión pacífica. Quiero decir que la muerte ronda en toda represión. Quiero decir que el gobernador de Neuquén, quizás el otro muerto de esta represión, el ex-candidato ya a presidente de la Nación -al menos eso creería-, sabía que la muerte rondaría en las balas de goma y en los cartuchos de gas lacrimógeno durante la represión. ¿Puedo ser tan fabulador?
Las manos que juegan a las escondidas. Jean-Paul Sartre, en El existencialismo es un humanismo, escribió que se está condenado a ser libre y que frente a esta ineludible situación quedan dos alternativas: o bien asumir la libertad o bien negarla. Con buen tino se puede fácilmente deducir que sólo la primera posee valor moral. Como ejemplo basta un botón: "Es muy posible que haya sido un error policial. El efectivo que disparó la granada de gas lacrimógeno pudo haber hecho algo que no está permitido para la policía: pudo haber tropezado, lo pueden haber empujado o puede haber recibido un proyectil", ha dicho el subsecretario de Seguridad de Neuquén, Raúl Pascuarelli (Página/12, 6 abr 2007). O dos: Pascuarelli, argumentó también que la policía reprimió en cumplimiento del derecho, ya que “según la ley 2081 de Policía no hace falta una orden judicial cuando se prevé algún tipo de delito que perturbe el orden público”. Pascuarelli añadió que la violencia contra los docentes obedeció a que “se negaron a correr el lugar del corte de ruta para que los turistas puedan tomar caminos alternativos”. La policía, sostuvo, “primero quiso dialogar pero ante la negativa actuó en el marco de la ley” (Página/12, 5 abr 2007).
1 comentarios:
JJL aparecerá cuando María Elena Walsh pida perdón por plagiar "El torturado" de la docente Lic. Sara Zapata Valeije.
Publicar un comentario